Primer Colaboracion

me pone contento presentar la primera colaboracion al blog, que llego despues de la presentacion de la idea q me surgio de pedir cosas para abrir el blog
es un poema de RaFAEL gOmez rOdriguez



Circular de Lucio Sergio Catilina



Del compañero Lucio Sergio Catilina:
¡salud a todos los conjurados! Camaradas,
nos hablan de África y su pobreza proverbial
para que creamos que nosotros mismos, pobres
de nosotros, somos ricos y privilegiados.
Nos hablan de los campos de concentración
del siglo XX, el más brutal de la historia humana,
de los grillos de la esclavitud que aún pervive
anacrónica y de las cárceles y de los presos
para que al vernos reflejados en su espejo
que nos hechiza liberándonos, supongamos
que somos libres. Retransmiten por las ondas
de los aires crónicas de las guerras más remotas,
imágenes fidedignas y testimoniales
envueltas en papel de estraza de palabras,
que nos distraen y adormecen y amedrentan,
para que creamos que esto es paz y no otra guerra.
Y nos informan del horror de las dictaduras,
inoculándonos el tábano del miedo,
para que creamos que esto es una democracia.
Y nos asustan con el caos y anarquía,
para que pensemos que el Estado y el sistema
económico vigente de dominación
que padecemos son la organización
social perfecta, necesaria a más de buena.
Y además nos amenazan con la muerte propia
desde que hacemos uso de razón y lengua,
corroborando así, de hecho, su amenaza,
para que aceptemos que tenemos que morir
a la fuerza, y dicen que la existencia nuestra y puesta
en escena es una forma, de verdad, de vida.
No hay, sin embargo, más miseria que la supuesta
riqueza de este pobre mundo y su dinero,
de millares de automóviles yendo de prisa
a ninguna parte por la autopista a la carrera,
de aparatos de televisión reproduciendo
la mentira de la realidad: no hay más esclavos
que nosotros mismos, ni más guerras que esta falsa,
fementida paz, ni hay otra dictadura más
espeluznante y horripilante y sanguinaria
que esta supuesta democracia ni más caos
que el orden establecido, y no hay más muerte,
-hacedme caso, camaradas, a los dioses
y a las diosas inmortales pongo por testigos-
que nuestra vida mortecina y cotidiana.