metaforas del punk mas oscuro, dedicado a loquero y a los 90, par aun amigo que aún los anela,







Metaforas del punk mas oscuro

Fidel maguna

“Un amigo me contó que recién te vio, caminando bajo el sol por el boulevard, por la calle de los sueños que nadie soñó”, decía un viejo punk rock sentado en un café de Mar del Plata, repetía frases de su banda de los noventa, los noventa, ¿Qué helicóptero nos quita ese baile? Fiestas de disfraces donde cada uno se disfrazaba de lo que quería, y ese disfraz duraba en tu cuerpo una década. Ese disfraz se fue con las cacerolas parlanchinas de los bolsillos adictos a los agujeros.
Se expandió el sida por las calles, y uno de cada tres yonquis porteños disfrazó su sangre junto con el cuerpo, todo un gran disfraz. Se escuchó del baño del bar - ping pong como respuesta a nuestra conversación la voz ronca del viejo chary, el punk rock del que te hablé, nos dijo malentonando una canción que muchos años cantó “gracias por el sida amiga, ya no tengo miedo a este paraíso”. Se silenció el local, las pelotas de los ping pong cayeron al piso, y la voz que venía del baño entendió la reaccion.
Chary salió despacio, y con el salió el pensamiento, que, valga la redundancia siempre pensaba cuando estaba solo en el baño y afuera había gente, pensaba plenamente en el, y lo idiota que se veía en el espejo, en los demas pero como entorno a el, se sentía como un acusado de asesinato que nunca mató, pero al estar desnudo, y el entorno vestido su diferencia lo lleva a ser un verdadero asesino.
Nuestro heroe no es ningún asesino, o sí, pero esa filosofía me convierte a mí en asesino de cada uno de los que leen este texto, esa filosofía que no vale la pena seguir en un parametro tan reducido llamado papel.
El hijo del primo, del hermano lejano del dueño ausente del local murió de sida en los noventa, un “reconocidísimo escritor” para el dueño, pero un gay de cuarta para los unders que ahora cobran subsidios municipales. Yo no sé qué es verdad, ni qué es mentira, no sé quién tiene la verdad en este juego, soy uno de los tantos hijos del corralito y mi único disfraz en la vida fueron dos patillas largas hasta el mentón, ahora “es el año tres mil y sigo por ahí, hay un amigo mirando un partido y una mujer dandole placer” como dijo alguna vez él, ¿Qué objeto tiene nombrarlo tanto? Mírenlo, violado y requeteviolado por amantes de las metáforas como yo, estrujamos sus palabras y las desechamos al mar, no sin antes haberlas usado para escribir textos que buscan no aburrir al lector.
Chary Salió del baño, hubo unas piñas imitando a Mickey Rourke y nada más, todo terminó en un porro legal, de una planta legal, de un mundo que consigue la paz haciendo todo legal, cuando su entorno está basado en la ilegalidad del ser, lo único que de verdad importa. pero lo único ilegal, el humano, pero no importa, no, por que todo lo demás está permitido, y me alegra trasncribir otra cancion con disfraz noventoso, pero está vez no les habló de la banda loquero, sino que de otra que la muerte hizo mas famosa, la muerte hace fama, y eso recuerdenlo las vedettes que buscan fama chupando ilusiones, mueran como martires de una lucha que no existe y tu nombre va a ser el mas codiciado por las placas rojas, ahora a la frase “ya no esperen mas, maten a su suegra, matar ya es legal, torturandola…”.
Salí del bar donde el escenario ya era de Enrique Symns y se iba todo al carajo entonando a Sumo, doblé cuatro esquinas y llegué a mi pension Raskolnikoviana, los vecinos de biombo otra vez habían muerto temporalmente, y no son martires por el hecho de tener una lucha sujeta a la politica, y en su afán de cambiar al mundo recurrieron a una masa que piensa como ellos, pero solo genera modas a cada minuto, solo genera un ideal, y solo genera miles de ovejas negras, en la habitación de al lado murieron en vida dos anarquistas martires de su lucha, pero martires para su boletín menstrual politizador.
Me sonrojé al mirarme desnudo, rompí el chanchito, conté 5 pesos, vi que todavía no tenía barba y como estaba de moda puse un disco de vinilo, sonaba un tema gravado al aire, como parecen ser siempre los de esa calidad, se escuchaba un conteo en off, y el estallido de muchos instrumentos, revivieron con la música mis vecinos, y me gritaron que los de esa banda se hacen los anarquistas para vender, pero que nunca leyeron a Bakunin, y que firmaron con “uglilele” mi risita debido a mi barba que no existe se transformó en una carcajada, en un “juuuuua” después entrecortado por juacitos, no le gustó a los vecinos que necesitaban un mundo nuevo sin risas, y, como constestación, surgió del disco una frase que enmudeció hasta los pensamientos, la canción que levantó a los vivos y adormeció a los muertos, “pero antes, voy a contarles una buena historia, un recien nacido muerto en la vereda, su madre lo tuvo en una casilla de chapa, desayuno, almuerzo de veneno para ratas, ¿Cuál es el futuro de ese chabon? Yo que sé. Hoy hay show”
los setenta tuvieron sus muertos, sus heroes, lo mismo con los ochenta, y los sesenta, y los veinte y los noventa, la cronica ha perdido las circunstancias y no quiero inventar lo que no sé, por eso los que saben y conservan todavía el papel que yo hace tiempo arrojé al mar enojado, no tienen por que enfurecerse, sino comprender mis actos igual de innecesarios que los suyos y que los de rag, amigo marplatense de la calle bolivar que nunca quiso ir a ver a loquero pero si a Aldosivi, un tiempo estuve en esa pension, con olor a poxiran, necesite las palemeras de oroño y el olor a cloaca de Baigorria, en el primer bar de la estacion de mar del plata invité un seco trago de sudor al chary y al ladron de talblas de surf, a rag que discutía con el viejo José Sbarra sobre las metaforas de los redondos, y a José, los demas estaban todavía ilegales en un bar.

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